Mi papa cruzó la calle con mi hermana y conmigo y nos hizo meternos en ese parque que estaba helado y oscuro, había cantidad de velas, la gente cantando y mi papá….wait for it……esmorecido en llanto.
Para dar crédito a esto hay que entender que mi papá es the number one fan, o por lo menos para mí. Desde que yo estaba en la cuna cuando vivíamos en Londres me ponía Los Beatles todo el tiempo, cosa que ha causado que sin querer me sepa las letras de todas las canciones, solo basta con que cierre los ojos entre como en un trance donde mi buscador cerebral está haciendo un search, y en cuestión de segundos me sepa la letra a la perfección, igual pasa con ABBA pero ese no es el tema.
A partir de ese fatídico 8 de Diciembre de 1980, todas las veces que hemos venido a NYC, y desde que vivo aquí hace 10 años, no hay caminata que no nos desvié hacia el Dakota y al círculo de Imagine en Central Park, con mano derecha en el corazón y un minuto de silencio. Ya estamos tan acostumbrados, que sentimos a John como un tío súper querido que no nos dio chance de conocer, odiamos a Yoko Ono, y a nuestro primo Sean casi que le echamos una llamadita pa ver cómo van las cosas.
Recientemente estando aquí en NY fuimos a un show/brunch en BB Kings en Times Square llamado Strawberry Fields Beatlemania (yes…really), en lo que apagaron las luces, mientras nos comíamos nuestros huevos revueltos con tocineta, empezó el show, y en verdad sonaban tan bien ( believe it or not) que a mi papá hubo un momento que le dio casi taquicardia de la emoción, cual niño en Disney cuando ve por primera vez a Buzz Light Gear. Hubo que tranquilizarlo.
Su casa tiene todos los discos, libros, afiches, fotos, hasta 4 estatuas de piedra de las caricaturas de John, Ringo, George y Paul. Cosas que mi hermana y yo nos pensamos robar para montar un pub y usarlo de decoración.
Mi papá quiere que cuando pase al más allá, lo crememos y lanzamos su cenizas en Liverpool y en Strawberry Fields, ya yo le explique que la economía no está como para esos lujos de antes, que si no nos deja el viajecito pagado con estadía y comidas, lo más probable es que termine en el Ávila, o en su defecto la jardinera de mi hermana.
